Las universidades se plantean cambiar la evaluación de los alumnos tras la irrupción de ChatGPT
Los profesores de las universidades británicas están revisando la forma en que evalúan a sus alumnos, ante la preocupación de que los estudiantes ya estén utilizando herramientas de IA para producir trabajos de alta calidad con mínima intervención humana.
ChatGPT, el último chatbot de OpenAI, fundada en 2015 por Elon Musk, Sam Altman y otros, solo lleva unas semanas a disposición del público, pero ya ha suscitado preocupación por la posibilidad de que se produzcan plagios difíciles de detectar.
La irrupción de ChatGPT se ha descrito como «un cambio de paradigma» que supondrá un reto en universidades y escuelas.
Aunque algunos cursos se evalúan mediante exámenes tradicionales de fin de curso, a los expertos les preocupa que los alumnos que utilicen la tecnología para hacer sus deberes se vuelvan dependientes de las respuestas generadas por la IA sin adquirir los conocimientos y habilidades que necesitan.
Departamentos universitarios británicos han creado grupos de trabajo para evaluar el reto que supone esta última iteración de la tecnología de generación de informes mediante IA, con la previsión de que habrá que actualizar los métodos de evaluación en determinados cursos.
El personal del departamento de informática del University College de Londres decidió recientemente cambiar una evaluación. Antes, los estudiantes podían elegir entre una evaluación basada en un trabajo escrito o en conocimientos como parte de la nota final, pero se ha eliminado la opción del trabajo escrito.
El Dr. Thomas Lancaster, informático del Imperial College de Londres, conocido por sus investigaciones sobre la integridad académica y el plagio, dijo que en muchos sentidos el sistema cambiaba las reglas del juego. En su opinión: «Sin duda es un punto de inflexión en la educación en el que las universidades tienen que hacer grandes cambios».
Dado que ChatGPT es capaz de producir variaciones incontables de palabras, Lancaster afirma que será difícil identificar y probar el plagio, aunque se está trabajando en mejorar el sotware de detección.
Las universidades australianas ya han señalado la vuelta a un mayor uso de los exámenes presenciales para tratar de proteger la integridad de la evaluación. Sin embargo, según Lancaster, la vuelta generalizada a los exámenes no es la solución, y sugiere en su lugar el uso de presentaciones orales y vivas para que los estudiantes puedan demostrar sus conocimientos de una asignatura.