Spotify confirma el cierre de su servicio en Uruguay por la nueva ley de derechos de autor
El panorama musical en Uruguay está a punto de cambiar drásticamente. La noticia sobre el fin del servicio de Spotify en el país ha sacudido a la industria, desencadenando un debate candente sobre la equidad en la remuneración para los artistas.
La raíz del problema se encuentra en una enmienda a la ley de derechos de autor de Uruguay, aprobada por el Parlamento, que exige una «remuneración equitativa» para los artistas.
Esta enmienda, impulsada por la Sociedad Uruguaya de Intérpretes (SUDEI), ha provocado la decisión de Spotify de retirar sus servicios progresivamente, comenzando el 1 de enero de 2024 y cesando por completo en febrero del mismo año.
La controversia gira en torno a la modificación de los artículos 284 y 285 de la ley de derechos de autor de Uruguay, que busca establecer una remuneración justa y equitativa para los artistas en relación con su material grabado. Además, la enmienda plantea que las «redes sociales y la Internet» se consideren «formatos para los cuales, si se reproduce una canción, el intérprete tiene derecho a una remuneración financiera».
Spotify expresó su preocupación desde el inicio, argumentando que los cambios propuestos carecían de claridad y podrían implicar un «pago adicional obligatorio para los servicios de música». En una carta al Ministro de Educación de Uruguay, la plataforma afirmó que la reforma propuesta podría hacer que su negocio en Uruguay fuera inviable, lo que afectaría a la música uruguaya y a sus seguidores. Según Spotify, la enmienda los obligaría a «pagar el doble» en royalties.
La plataforma también enfatizó que ya destina casi el 70% de cada dólar generado por la música a las discográficas y editoriales, y que cualquier pago adicional volvería su negocio insostenible. Argumentaron su contribución al crecimiento de la industria musical uruguaya en un 20% solo en 2022, gracias al streaming.
Por otro lado, desde SUDEI se ha reiterado que no están en contra de las plataformas, sino que buscan una distribución más justa de los ingresos. Su argumento es claro: esta legislación no busca aumentar la contribución de los servicios de streaming, sino garantizar que los artistas puedan negociar un porcentaje equitativo por sus creaciones.
Este conflicto plantea interrogantes fundamentales sobre el equilibrio entre los derechos de los artistas y la viabilidad de los modelos de negocio en la era digital. Mientras Uruguay se prepara para perder acceso a una de las plataformas de música más grandes del mundo, la discusión sobre la justicia en la compensación para los creadores musicales está más vigente que nunca.