Análisis a fondo de la pantalla del iPhone X
El iPhone X ya está en nuestra mesa de pruebas y, como no podía ser de otra forma, hemos comenzado a preparar un análisis en profundidad en el que cubriremos todos los aspectos importantes del terminal: diseño, pantalla, rendimiento, batería, etc.
Para ir abriendo boca, hemos comenzado con el análisis de su pantalla que, como ya comentamos hace unas semanas, es uno de los aspectos más destacados del nuevo iPhone.
Un análisis completo de la pantalla no se puede basar únicamente en la percepción a simple vista, sino que se debe realizar con herramientas y software especializado. Por ello, hemos llevado a cabo diversas pruebas con el software profesional CalMAN Ultimate y un colorímetro X-Rite i1Display Pro.
El esperado salto a OLED ya está aquí
La tecnología OLED ofrece diversas ventajas a los fabricantes de smartphones ya que permite fabricar paneles con un menor grosor y peso, y esto se traduce en dispositivos más finos y ligeros. Los paneles OLED tampoco necesitan un marco, por lo que es posible implementar diseños de pantalla que van de lado a lado.
Además, los paneles OLED ofrecen otras mejoras visuales respecto a LCD como un tiempo de respuesta más rápido, menor pérdida de brillo desde ángulos extremos, mayor gama cromática y mejor uniformidad de la imagen debido a la ausencia de las variaciones en la retroliluminación que experimentan las pantallas LCD.
En una pantalla OLED, es posible iluminar de forma independiente cada sub-píxel. Esto significa que las pantallas OLED son más eficientes en consumo energético que las LCD para la mayoría de los contenidos.
Además, las pantallas OLED pueden ofrecer un brillo máximo más elevado ya que pueden concentrar toda la energía en únicamente los sub-píxeles iluminados. Ahora bien, a la hora de mostrar una imagen blanca a pantalla completa, las pantallas LCD siguen siendo más brillantes y más eficientes.
Apple ha tardado mucho tiempo en incorporar un panel OLED al iPhone, y la espera no ha sido caprichosa.
La compañía quería estar segura de que la tecnología estaba lo suficientemente madura como para que la calidad del panel estuviera a la altura de las expectativas de los usuarios y, como veremos a continuación, la espera no ha sido en vano.
Nitidez: De Retina HD a Super Retina HD
El iPhone X llega con un espectacular panel OLED de 5,8″ con ratio 19.5:9 y resolución Super Retina HD (2436 x 1125 píxeles), que ofrece la mayor densidad de píxeles jamás vista en un iPhone: 458 ppp.
Si bien es cierto que algunos smartphones de gama alta incorporan resoluciones más altas, como QHD (2.560 x 1.440 píxeles) o incluso 4K, la realidad es que la mejora en nitidez frente al iPhone X es totalmente imperceptible.
La principal aplicación de una pantalla con una densidad de píxeles muy elevada es la realidad virtual, pero Apple no comercializa ningún casco de realidad virtual sino que ha decidido apostar por la realidad aumentada (AR).
Al tratarse de un panel OLED, la matriz de sub-píxeles es de tipo Pentile, como se puede apreciar en la imagen adjunta donde se ven los sub-píxeles rojo, verde y azul en una disposición de rombo.
Matriz de sub-píxeles de la pantalla del iPhone X
Brillo: ¿Quién dijo que las pantallas OLED no son tan luminosas?
El brillo máximo que hemos medido en la pantalla del iPhone X muy elevado, ya que se encuentra alrededor de los 636 nits (Apple habla de un valor máximo típico de 625 nits en su hoja de especificaciones).
El brillo máximo de la pantalla del iPhone X al mostrar una imagen 100% blanca se encuentra bastante por encima de otros smartphones de gama alta como el Samsung Galaxy S8+ (576 nits) o el Galaxy Note 8 (536 nits), que también cuentan con pantallas OLED.
En este punto merece la pena recordar que estamos midiendo el brillo sobre una imagen blanca que ocupa toda la pantalla. Como hemos explicado anteriormente al describir el funcionamiento de un panel OLED, si reducimos el tamaño del rectángulo blanco, el brillo de los píxeles blancos se incrementa ya que hay menos píxeles a iluminar.
Hemos sido capaces de medir un brillo de hasta 750 nits en la pantalla del iPhone X al reducir el tamaño del rectángulo a un 25% — por debajo de este tamaño, el rectángulo es demasiado pequeño para nuestro colorímetro. Con el Samsung Galaxy Note8 con pantalla de 6.3· fuimos capaces de reducir el tamaño del rectángulo hasta el 10% y medir un brillo máximo cercano a los 1.000 nits.
La pantalla del iPhone X muestra un color negro totalmente puro, ya que los paneles OLED son capaces de no encender ningún sub-píxel. De hecho, nuestro colorímetro ha sido incapaz de medir ningún nivel de brillo. Esto significa que el contraste es, teóricamente, infinito (Apple habla de 1.000.000:1, que viene a ser lo mismo).
Fidelidad del color: Mejor, casi imposible
El iPhone X es capaz de reproducir los dos espacios de color más importantes de la industria: sRGB / Rec. 709, que es el estándar utilizado por la mayoría de las apps, y el más avanzando DCI-P3, que se emplea en la industria del cine. El rango de colores del DCI-P3 es un 26 un por ciento superior al del espacio sRGB / Rec. 709.
El iPhone X cuenta con un sistema automático de gestión de color que conmuta automáticamente al espacio DCI-P3 cuando el contenido a mostrar así lo requiere. De esta forma, los colores se ven siempre de forma correcta, ni sobre-saturados ni infra-saturados.
La fidelidad del panel del iPhone X es excelente ya que el error medio en la reproducción de los colores es de tan solo 1.3 dE (un valor por debajo de 4 dE se considera excelente y por encima de 9 se considera inaceptable) y el error máximo se queda en tan solo 3.7 dE. El valor de gamma es bueno, 2.4, bastante cercano al valor deseado de 2.2.
Por otro lado, el iPhone X posee una pantalla HDR de alto rango dinámico.
Como seguramente sabrás, HDR es una tecnología que expande el color, contraste y brillo de los vídeos, y proveedores como Netflix ya ofrecen contenidos en streaming con esta tecnología. El iPhone X es uno de los pocos smartphones certificados por Netflix para mostrar contenido Dolby Vision.
Temperatura: True Tone marca diferencia
Para ajustar el balance de blanco a la luz ambiental, el iPhone X ha heredado la funcionalidad True Tone del iPad Pro.
El iPhone X cuenta con unos sensores de luz ambiental de cuatro canales que ajustan automáticamente el balance de blancos en función del color de la luz que ilumina la habitación para que la pantalla se vea como si fuera una hoja de papel, que absorbe la luz del entorno.
La tecnología True Tone pasa desapercibida la mayor parte del tiempo pero basta con desactivarla para notar la diferencia, sobre todo cuando estamos en un entorno iluminado por luz artificial con un cierto tono de color — normalmente anaranjado.
En mi casa hay otra persona un iPhone 6 y la diferencia entre el tono de la pantalla de uno y otro es abismal. Bajo la luz anaranjada de la lámpara, el iPhone X ofrece un tono blanco mucho más agradable a la vista que el tono azulado del iPhone 6.
Con la funcionalidad True Tone desactivada, la temperatura de color resulta ser 6.704ºK, lo que implica un cierto tono azulado. Sin embargo, al activar True Tone, el tono de la pantalla se adapta perfectamente al entorno.
El iPhone X también ofrece un Modo Noche que cambia el balance de blancos de la pantalla para reducir la emisión de luz azul, que según ciertos estudios afecta negativamente al sueño El iPhone X permite ajustar el nivel de luz azul emitido por la pantalla, así como programar el encendido y apagado de este modo de pantalla.
Ángulos de visión: Algunos deberían tomar nota
Las pantallas OLED tienen la ventaja de que el brillo se reduce en menor medida al observar la pantalla desde un ángulo pero, a cambio, los colores sufren una mayor distorsión. Un caso bastante extremo es la pantalla del Pixel 2 XL, que adquiere un tono azulado muy marcado al ser observada desde un ángulo.
El iPhone X ofrece unos ángulos de visión muy amplios, tanto en cuanto al brillo, que apenas se ve afectado, como en cuanto a los colores, que apenas cambian de tono al observar la pantalla desde un ángulo extremo.
Conclusiones
El iPhone X ofrece unas características de nitidez, brillo, contraste, amplitud cromática, fidelidad de color, temperatura de color y ángulos de visión superiores a cualquier otro iPhone del pasado.
Si bien es cierto que parte del mérito de algunos de estos aspectos recae sobre Samsung, que es quien proporciona el panel, el sistema de calibración de color de Apple es excelente, así como la capacidad de iOS de conmutar automáticamente al gamut de color adecuado en función del contenido.
En Android, suele ser habitual que el fabricante ofrezca varios modos de pantalla (por ejemplo, Básico, Adaptativo, Cine y Foto en Samsung), cada uno adaptado a un gamut de color diferente, y que sea el usuario quien deba elegir entre uno u otro, aunque esto debería cambiar con Android Oreo. En el caso del iPhone X, es el propio iOS quien detecta el espacio de color con el que ha sido creado el contenido a mostrar.
También merece una mención especial True Tone, una tecnología que pasa desapercibida casi todo el tiempo pero que hace un trabajo excelente ajustando el tono de color de la pantalla a la luz ambiental. Basta con desactivarlo para notar la diferencia.
En definitiva, el iPhone X cuenta con un panel excepcional y confirma, una vez más, que la tecnología OLED es el futuro de los smartphones.