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Apple se está replanteando su estrategia con el Vision Pro, su ambicioso visor de realidad mixta que, a pesar de ser una maravilla tecnológica, no ha logrado el impacto comercial esperado.
La empresa no solo ha reorganizado internamente el equipo responsable del dispositivo, sino que también trabaja en dos nuevas versiones del visor, una de las cuales buscará ser más ligera y económica.
Siguiendo el modelo establecido por Steve Jobs décadas atrás, Apple ha distribuido el trabajo de desarrollo del Vision Pro entre varios equipos, tal como ocurre con el iPhone y el iPad. Esta estructura funcional ha sido una constante durante el liderazgo de Tim Cook y ha permitido a la compañía manejar múltiples productos simultáneamente.
Sin embargo, la reciente fragmentación del equipo Vision Products Group (VPG) generó inquietud entre los empleados, especialmente en un contexto de cancelaciones de proyectos y problemas de ingeniería.
El Vision Pro original, con un precio de 3.500 dólares, se lanzó como un producto revolucionario, pero su alto coste y ciertas incomodidades de uso han limitado su adopción. Pese a ofrecer funciones destacadas como la pantalla virtual 5K, su peso —casi 700 gramos— ha generado críticas por el cansancio físico que provoca tras un uso prolongado.
Según informes recientes, Apple está desarrollando dos nuevas versiones del Vision Pro. Una de ellas será más ligera y económica, y buscará corregir los problemas actuales relacionados con el peso y el precio. La otra, aún más ambiciosa, estaría diseñada para conectarse directamente a un Mac, ofreciendo una experiencia de ultra baja latencia, ideal para usos profesionales como simuladores de vuelo o visualización médica en tiempo real.
A largo plazo, la verdadera obsesión de Apple —y en particular de Tim Cook— es crear unas gafas de realidad aumentada livianas, capaces de superponer datos e imágenes sobre el mundo real. Este proyecto ha sido una prioridad durante la última década, y aunque aún está lejos de concretarse, todos los pasos actuales apuntan hacia esa dirección.
El desarrollo de gafas AR verdaderas requiere avances significativos en diversas áreas: pantallas de altísima resolución, chips de alto rendimiento, baterías compactas con buena autonomía, y una gama de aplicaciones atractivas para el usuario final. Apple también deberá fabricar estos productos a gran escala y a un precio que no aleje a los consumidores.
Como solución intermedia, Apple estaría planeando añadir cámaras con IA al Apple Watch y a los AirPods en los próximos años. Además, se encuentra desarrollando unas gafas equipadas con cámaras y micrófonos para interactuar con Siri y aprovechar funciones de inteligencia visual. Sin embargo, aún debate si permitirán capturar fotos y vídeos, dado su compromiso con la privacidad.
El terreno de la realidad aumentada y la computación espacial se está llenando rápidamente de competidores. Meta, por ejemplo, ya ha tenido éxito con gafas inteligentes centradas en funciones como la fotografía y la IA. También se esperan avances por parte de Snap Inc. y nuevos dispositivos basados en el sistema operativo Google XR. Apple, con su dominio en hardware, software, chips y distribución de apps, tiene los recursos para liderar este mercado, pero deberá moverse rápido y con precisión.
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