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Ahora que ya sabemos cuáles son las causas que llevaron a las combustiones de la batería del Galaxy Note 7, es importante conocer qué va a hacer la compañía para evitar que el problema se repita con futuros smartphones.
Samsung ha explicado que ha implementado un nuevo proceso de pruebas en ocho pasos para sus baterías de Litio-Ion, y que ha formado un consejo asesor formado por académicos de Cambridge, Berkeley, y Stanford.
Es importante notar que estas medidas se aplicarán a todas las baterías de Litio-Ion de todos los productos de Samsung, no solamente los smartphones Note o el Galaxy S8.
El nuevo proceso de ocho pasos de Samsung incluye pruebas de durabilidad, inspección visual, análisis por rayos X, pruebas de carga y descarga, pruebas de compuestos orgánicos volátiles (TVOC), pruebas de desensamblaje, pruebas aceleradas de uso, y pruebas de voltaje de circuito abierto.
Muchos de estos pasos, incluyendo los tres primeros y las pruebas de voltaje de circuito abierto, ya se realizaban en los dispositivos anteriores, pero Samsung ha explicado que el proceso ha sido «mejorado» y que se llevarán a cabo con mayor frecuencia.
Las pruebas de carga y descarga, la prueba TVOC y la prueba de uso acelerado son completamente nuevas. Las pruebas de carga y descarga implican probar las baterías tanto cuando el dispositivo está cargándose como cuando está descargándose, y son las principales pruebas que llevó a cabo Samsung para determinar las causas de los teléfonos defectuosos.
Samsung anunció el Galaxy Note 7 a principios de agosto de 2016, y comenzó a enviar el teléfono un par de semanas más tarde. Los primeros análisis del dispositivo fueron muy positivos, pero pronto comenzaron a darse casos de baterías defectuosas que se incendiaban. Samsung suspendió las ventas del teléfono, pero volvió a lanzarlo a la venta con nuevas baterías, que también dieron problemas, lo que acabó con la suspensión definitiva de ventas el 10 de octubre.