Así explica Apple la composición de su actual línea de productos
Philip Schiller es el Vice Presidente Senior de Marketing de Apple, y parece tener una visión muy clara sobre la función que desempeña cada dispositivo fabricado por la marca.
En una entrevista reciente, Steven Levy de Backchannel preguntó a Schiller por qué el mundo necesita otro ordenador Mac. El directivo de Apple respondió que siempre deberías tratar de utilizar el dispositivo más pequeño que tengas para hacer una tarea antes de utilizar un dispositivo de mayor tamaño.
Schiller explicó lo que Levy describe como «la gran teoría filosofal» que rige la línea de productos de Apple:
- El objetivo del Watch es hacer más y más cosas en tu muñeca y evitar que tengas sacar tu teléfono del bolsillo tan a menudo.
- El objetivo del iPhone es hacer cada vez más cosas que a día de hoy requieren un iPad, por lo que siempre debería tratar de ofrecer más y más.
- El objetivo del iPad es ser tan potente y capaz que no necesites un MacBook casi para nada.
- El objetivo del MacBook es hacer todo lo posible para que no necesites utilizar un ordenador de escritorio, y bajo esta idea lleva evolucionando durante una década.
- El objetivo del Mac es retar nuestra percepción de lo que es capaz de hacer un ordenador, y hacer cosas que nunca antes haya hecho un ordenador. Por ello cada vez deberían ser más y más potentes y capaces.
Aquellos que conozcan el libro «El Dilema del Innovador» – uno de los libros favoritos de Steve Jobs – reconocerán las influencias de su autor, Clayton Christensen, quien enuncia en el libro su teoría sobre el desarrollo de productos. Según Christensen, el buen marketing de productos empieza con las necesidades del cliente, no con lo que la tecnología puede hacer.
Así lo explica Christensen en un ensayo publicado en Harvard Business Review:
La mayoría de las tareas que la gente desea o debe realizar tiene una dimensión social, funcional y emocional si los ejecutivos de marketing comprenden cada una de estas dimensiones, serán capaces de diseñar un producto que se ajuste con precisión a esa necesidad. Dicho de otro modo, la necesidad, y no el cliente, constituye la unidad fundamental de análisis para el experto en marketing que pretende idear productos que los clientes compren.
Dicho de otra forma, hay que empezar con lo que la gente espera que haga un dispositivo, y no con lo que puede hacer la tecnología.
En la entrevista, Schiller explica a Levy que «hemos pensado mucho sobre qué posibilidades queremos ofrecer a los clientes. Son todo ordenadores. Cada uno ofrece… algo distinto y cada uno tiene una forma simple que es bastante eterna.»