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En el último año, el acabado en cristal se ha convertido en una tendencia de diseño de los principales smartphones estrella. Este tipo de acabado no solamente ofrece un aspecto más atractivo sino que, además, posibilita la carga inalámbrica.
Uno de los smartphones que sigue esta tendencia es el recientemente anunciado Galaxy S9, aunque esto no es ninguna novedad ya que la compañía abandonó el plástico en favor del cristal hace años.
El problema con los acabados en cristal es que tienden a romperse más fácilmente que los terminales de metal cuando los dispositivos golpean el suelo, y reparar un smartphone no es precisamente algo barato.
Aunque parezca que el Galaxy S9 no ha cambiado apenas su diseño y construcción respecto al Galaxy S8, en realidad sí que hay algunos cambios no visibles.
En primer lugar, es algo más pequeño, lo que significa que es fácil de manejar con una mano y esto debería reducir el riesgo de accidentes. Lo más importante, sin embargo, está en los cambios que ha hecho Samsung en la construcción del teléfono para que aguante mejor los golpes que el Galaxy S8.
Según ha explicado Samsung, el cristal del Galaxy S9 es un 20 por ciento más grueso que el Galaxy S8. Sigue siendo cristal, pero al ser más grueso debería soportar mejor los golpes.
Además, Samsung ha cambiado el tipo de metal que emplea para el armazón del teléfono. Según SamMobile, ahora cuenta con aluminio AL 7003, que es más resistente que el aluminio AL 6013 utilizado en el Galaxy S8. Además, el aluminio AL 7003 no se deforma tanto, y transfiere en menor medida — 1,2 veces menos — la energía producida por los golpes al cristal.
Por último, Samsung ha hecho que los bordes curvados no sean tan pronunciados como en el Galaxy S8, con objeto de aumentar el borde metálico del teléfono, que ahora es 0,2mm más grueso que en el Galaxy S8.