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Los precios de los smartphones de gama alta de tres grandes marcas como Apple, Samsung y LG han venido aumentando progresivamente desde que el iPhone original fue anunciado allá por 2007.
La gráfica adjunta muestra la evolución de los precios en dólares, aunque la tendencia en euros no es muy diferente. El iPhone original costó 500 dólares cuando fue lanzado en EE.UU. (en España no salió a la venta, tuvimos que esperar al iPhone 3G), mientras que el iPhone 8 parte de 700 dólares.
Como se puede ver en la gráfica, cada nuevo teléfono es más caro que su sucesor — a veces con un incremento muy drástico. La gráfica no incluye los últimos teléfonos de Google que, aunque solían ser un buen producto en relación calidad-precio, se convirtieron en productos de lujo hace unos años. Sin ir más lejos, el nuevo Pixel 2 XL llegará por 959 euros a España.
El primer Samsung Galaxy costaba también 500 dólares, mientras que el Galaxy S8 cuesta 750 dólares. Este año pasará a la historia como el año de los teléfonos de 1.000 dólares, gracias a dispositivos como el Samsung Galaxy Note8 o iPhone X.
Incluso fabricantes chinos como Huawei, Honor y OnePlus han incrementado sus precios de forma importante en los últimos 12 meses.
Hay diversas razones que explican el fuerte incremento de precio del último año, como los cambios en el diseño y materiales utilizados en la construcción de los smartphones, la popularización de las pantallas 18:9 HDR con paneles OLED, y el incremento del almacenamiento.
No obstante, muchos usuarios estarían dispuestos a renunciar a algunas de estas características por unos cientos de euros menos — especialmente teniendo en cuenta que, en dos o tres años, habrá nuevos modelos que harán que el modelo actual se vea obsoleto. | Fuente: Bloomberg