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A estas alturas, la mayoría de los usuarios de Internet conocen cuáles son las estafas de phishing a las que hay que prestar atención.
Pues bien, es hora de estar atento a otra estafa cada vez más frecuente: los códigos QR falsos.
Seguro que conoces los códigos QR, ya que su uso se ha disparado durante la pandemia. Muchos restaurantes han empezado a utilizarlos para sustituir los menús físicos.
Sin embargo, como ocurre con la mayoría de las tecnologías en crecimiento, los estafadores también han encontrado la forma de convertir los códigos QR en un arma.
Los estafadores han empezado a colocar códigos QR falsos en parquímetros públicos. Basta con sacar el teléfono, escanear el código de barras y pagar por el aparcamiento. Rápido y sencillo, ¿verdad? Pues no. Se trataba de una estafa.
Los estafadores habían colocado sus propios códigos QR en los parquímetros públicos de toda la ciudad. Los conductores que los utilizaban para pagar los parquímetros estaban enviando en realidad su dinero o información financiera sensible a los estafadores.
Como señala Ars Technica, grandes ciudades estadounidenses han informado de estafas similares en parquímetros.
¿Qué debo hacer para evitar el riesgo?
Considera los códigos QR que te encuentres como lo harías con cualquier otro correo electrónico que recibas o con un enlace que te envíen por mensaje de texto.
Lo único que hace el código QR es dirigirte a un enlace, ya sea una pantalla de inicio de sesión o un formulario de pago, por ejemplo. Comprueba la procedencia del código QR y la URL a la que te envía, igual que harías si recibieras un correo electrónico con un enlace dentro.
Si la página a la que te remite el código QR no te parece fiable, escribe tú mismo la URL si la conoces. Estate atento a si el lugar donde estaba el código de barras ha sido manipulado. Un estafador puede pegar fácilmente su propio código QR sobre uno legítimo.