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Esta situación – que se ha convertido en algo rutinario en oficinas, aulas y hogares de todo el mundo – tiene fácil solución gracias al uso de códigos QR.
Dado que la mayoría de los smartphones incorporan alguna aplicación para leer códigos QR, podemos imprimir un código QR con la contraseña de la conexión Wi-Fi y colgarlo de una pared para que pueda ser utilizado por cualquiera fácilmente.
Basta con acceder a esta web y rellenar los datos básicos de la conexión Wi-Fi (SSID, contraseña y tipo de cifrado) para que la página cree un código QR de gran tamaño que se puede descargar en un fichero de imagen para imprimirlo cuantas veces queramos.
También existen aplicaciones para Android como ésta y para iOS como ésta que permiten generar estos mismos códigos Wi-Fi sin tener que introducir los datos de conexión en una web externa, si bien imprimir desde el teléfono movil resulta algo más complicado que desde un ordenador fijo