Cómo va a solucionar Google el problema de la fragmentación de Android

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A día de hoy es por todos conocido que Android sufre un problema de fragmentación, es decir, de convivencia de múltiples versiones del sistema operativo a lo largo de toda la base instalada de Android.

Esta situación está motivada principalmente por la reticencia de los fabricantes a actualizar sus smartphones más antiguos a la última versión de Android, así como por la diversidad de características hardware de los smartphones. A esto se usa además la pasividad de muchos operadores a la hora de certificar estas actualizaciones en sus teléfonos subvencionados.

Google intentó atacar en 2011 este problema con la llamada Android Update Alliance, una iniciativa a través de la cual Google trabajaría con sus socios para asegurar que los teléfonos y tablets Android recibirían actualizaciones del sistema operativo hasta al menos 18 meses después de su lanzamiento. Esta iniciativa ha fallado estrepitosamente.

Sin embargo Google no se rinde y ha decidido tomar una camino diferente y similar al que Firefox OS propone llevar a cabo: aplicar las actualizaciones de Android a las capas más altas del sistema operativo, es decir, a aquellas capas que no tienen que ser personalizadas por los fabricantes ni validadas por los operadores.

Según lo que ha revelado Google en su conferencia inicial del I/O 2013, la compañía pretende lanzar actualizaciones de Android sin modificar realmente el núcleo del sistema operativo. Estas actualizaciones irían encaminadas a sus servicios centrales (como mejoras en sus algoritmos de búsquedas), sus propias aplicaciones (como Gmail o Google Maps), y la capa de APIs (como mejoras en la autenticación del usuario, servicios de juegos de Google, etc.). Aunque estas áreas no cubren todas las funcionalidades de Android, sí que abarcan la mayoría de las funcionalidades de usuario. Por ejemplo, los cambios en Google Play Services afectan a todos los terminales con Android 2.2 o superior, es decir, más del 98% de los terminales).

De esta forma Google consigue saltarse a los fabricantes y operadores, y llevar actualizaciones a los usuarios que, de otra forma, tendrían que esperar meses o incluso años para poder disfrutar de ellas. Por ejemplo, Android 4.1, que fue presentado por Google el año pasado en I/O 2012, solamente está instalado en un 26,1% de los dispositivos y Android 4.2, presentado en noviembre, solo está instalado en el 2,3%. Parece obvio que actualizar el núcleo el sistema operativo no es la mejor forma de desplegar actualizaciones a los usuarios.

Tampoco pensemos que esto es la solución a todos los problemas. Seguirá siendo necesario actualizar el sistema operativo para hacer cambios sustanciales. El soporte multi-usuarios de tablets de Android 4.2, el Project Butter de Android 4.1 o el interfaz de usuario de Android 4.0 no serían posibles sin actualizar el núcleo del sistema.

Fuente: Ars Technica y otras fuentes

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