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Los sistemas militares y gubernamentales no se vieron afectados, pero los militares incrementaron el estado de alerta. Las cadenas de televisión siguieron emitiendo y las oficinas bancarias permanecieron abiertas, aunque algunas operativas no estaban disponibles. Los cajeros y la banca online sí que se vieron afectadas.
Las sospechas rápidamente recayeron en Corea del Norte. Las autoridades de Corea del Sur han indicado que los ataques fueron causados por código malicioso, pero no existe ninguna evidencia de que el ataque provenga de Corea del Norte. Ciertos informes también apuntan a que aparecieron calaveras en las pantallas de los ordenadores afectados, como si de una película de serie B se tratase.
Corea del Sur lleva años acusando a Corea del Norte de estar detrás de un serie de ciber-ataques, incluyendo incidentes de malware y ataques de denegación de servicio. El gobierno considera que algunos hackers de Corea del Norte están ubicados en China. Los medios de comunicación estatales de Corea del Norte no han hecho ningún comentario sobre el incidente.
Los ataques de hoy llegan después de que Corea del Norte acusara el viernes pasado de que Estados Unidos y Corea del Sur están lanzando ataques contra sus servidores de Internet en Pyongyang. Las webs de noticias y propaganda de Corea del Norte estuvieron caídos o funcionaron con lentitud durante varios días la semana pasada.
Corea del Norte «nunca será un observador pasivo de los ciber-ataques de los enemigos, que han llegado ya una fase muy grave,» dijo el gobierno por medio de su agencia oficial de noticias el viernes pasado.
Fuente: Wall Street Journal