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En el mundo de la tecnología, pocas historias de recuperación son tan impresionantes como la de AMD durante la última década.
Renato Fragale, Director Senior de Negocios de Clientes de Consumo y Juegos en AMD, rememora su participación crucial en «ayudar a AMD a evitar la bancarrota» cuando lideró el equipo que desarrolló el procesador de la PlayStation 4.
Este éxito, junto con el procesador similar en la Xbox One de Microsoft, fue esencial para la supervivencia de AMD en uno de sus momentos más difíciles.
Un periodo de crisis y desafíos
La difícil situación de AMD se intensificó tras la crisis financiera de 2008. Con un competidor como Intel lanzando productos avanzado, AMD tuvo que enfrentarse a una competencia feroz. La empresa se vio obligada a vender varias propiedades intelectuales, como Adreno, para recaudar fondos. Además, muchos empleados aceptaron recortes salariales temporales.
El punto de inflexión para AMD fue la obtención de contratos para suministrar los procesadores de las consolas PlayStation 4 y Xbox One. Lanzada en 2013, la PS4 utilizó un procesador personalizado ‘Jaguar’, que se convirtió en una fuente constante de ingresos para AMD. Este flujo financiero permitió a la empresa invertir en proyectos futuros, como el desarrollo de la arquitectura de CPU Zen, que revitalizó a AMD en el mercado.
Durante este periodo, las acciones de AMD tocaron fondo en $1.87 justo antes de la era de la PS4, pero han llegado a valores impresionantes de hasta $227.30 en el último año, mostrando la magnitud de su recuperación.
Actualmente, AMD también impulsa la nueva generación de consolas de Sony y Microsoft, y ha expandido su éxito invirtiendo en nuevas arquitecturas como los CPUs Zen y las gráficas Radeon.