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Cuando hablamos con una inteligencia artificial como ChatGPT, muchas personas usan un lenguaje educado, incluyendo frases como “por favor” y “gracias”. Puede parecer un simple acto de cortesía, pero lo que pocos saben es que incluso esas palabras de buena educación tienen un coste energético real. Y sí, ese gasto se traduce en dinero.
Una de las grandes revoluciones de la inteligencia artificial generativa es su capacidad para comprender el lenguaje natural. No necesitas aprender comandos complejos ni códigos: basta con escribir tal como hablas. Esa familiaridad hace que sea casi inevitable aplicar normas de etiqueta humanas, como saludar, agradecer o pedir algo amablemente.
De hecho, un estudio en EE.UU. de finales de 2024 reveló que el 67% de los usuarios afirmaron ser amables al hablar con la IA. Un 55% lo hace por principios, pero un curioso 12% admitió hacerlo «por si acaso», en caso de un futuro dominio de la IA.
Cada vez que escribes un mensaje a ChatGPT, el sistema procesa esa entrada en la nube, lo que requiere electricidad. Y cuanto más largo es el mensaje, mayor es el consumo. Así que añadir palabras como “por favor” o “gracias” hace que los prompts sean más extensos, y por tanto, más costosos energéticamente.
Incluso cuando reaccionamos con frustración y escribimos improperios porque la IA no hizo lo que esperábamos, también estamos generando un nuevo gasto, ya que cada interacción requiere procesamiento y una respuesta generada por el modelo.
Sam Altman, CEO de OpenAI, respondió a una pregunta en X, donde un usuario se preguntaba cuánto le había costado a la empresa el uso de “por favor” y “gracias” por parte de los usuarios. Altman respondió: “Decenas de millones de dólares bien gastados”.
Esa frase no solo confirma que esos intercambios educados tienen un precio, sino que también los valora como positivos. Para algunos, esta respuesta es un guiño a los memes sobre la “IA apocalíptica” que perdonaría a los humanos educados. Para otros, es una defensa de mantener lo que nos hace humanos: la cortesía.