El conductor de un Tesla que usaba Autopilot es acusado de homicidio involuntario
El 29 de diciembre de 2019, un Tesla Model S de 2016 en Autopilot salió de una autopista, se saltó un semáforo en rojo y chocó contra un Honda Civic que cruzaba correctamente una intersección. El conductor del Honda Civic y su pasajera murieron al instante.
Casi dos años después, los fiscales del condado de Los Ángeles presentaron dos cargos de homicidio involuntario contra el conductor del Tesla.
Se trata del primer juicio por delito grave en Estados Unidos en el que un conductor es acusado de provocar una muerte mientras utilizaba un sistema de asistencia a la conducción parcialmente automatizado. Por tanto, representa un hito en el confuso mundo de la conducción automatizada.
Aunque las capacidades de conducción automática están pensadas para ayudar a los conductores, nombres como Autopilot, SuperCruise y ProPilot pueden hacer pensar que los coches son capaces de mucho más de lo que realmente son.
En el caso de este Tesla, el conductor se ha declarado inocente y está en libertad bajo fianza. En caso de que sea declarado culpable, «va a dar escalofríos a todos los que tengan uno de estos vehículos y se den cuenta de que son los responsables», afirma Kornhauser, director del programa de conducción autónoma de la Universidad de Princeton.
La función Autopilot de Tesla está clasificada como autonomía de «Nivel 2», lo que significa que el vehículo puede controlar la dirección y la aceleración, pero un humano en el asiento del conductor puede tomar el control en cualquier momento.
«Ya sea que un sistema de conducción automatizada [Nivel 2] esté activado o no, todos los vehículos disponibles requieren que el conductor humano esté en control en todo momento, y todas las leyes estatales hacen que el conductor humano sea responsable de la operación de sus vehículos«, dijo un portavoz de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EE.UU.
«Ciertas características avanzadas de asistencia a la conducción pueden promover la seguridad ayudando a los conductores a evitar choques y mitigar la gravedad de los choques que se producen, pero como con todas las tecnologías y equipos en los vehículos de motor, los conductores deben utilizarlos correctamente y con responsabilidad.»
El resultado del caso podría sentar un precedente para una industria que se encuentra en el borde entre la tecnología de vanguardia y el error humano básico.
Mercedes-Benz se ha convertido recientemente en el primer fabricante de automóviles del mundo en obtener la aprobación reglamentaria para un sistema de autoconducción de «nivel 3», es decir, un «sistema de conducción condicionalmente automatizado».
Bryant Walker Smith, profesor de la Universidad de Carolina del Sur y experto en leyes relacionadas con los vehículos de motor automatizados, dijo que aunque las empresas se enfrentan habitualmente a la responsabilidad civil, «rara vez se enfrentan a la responsabilidad penal por las decisiones de diseño».
Sin embargo, Smith discrepa de la afirmación de que los conductores — y sólo los conductores — son responsables en el nivel 2 de automatización o por debajo de él. Por ejemplo, si el airbag de un coche en buen estado explotara de repente y provocara un accidente, el conductor no sería culpable, dijo.
