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Los problemas financieros de NSO, la compañía desarrolladora de Pegasus, llevó a la compañía a tener serias dificultades para pagar las nóminas el año pasado, después de que la empresa no realizara ni una sola venta durante varios meses.
NSO vende el software espía Pegasus para espiar a distancia teléfonos iPhone y Android a organismos gubernamentales y policiales.
La empresa compra las llamadas vulnerabilidades de día cero (desconocidas para los fabricantes) a hackers, y se su software es capaz de montar ataques que no se requiere la interacción del usuario con el objetivo.
Por ejemplo, hemos escuchado que la simple recepción de un iMessage concreto — sin abrirlo ni interactuar con él de ninguna manera — puede permitir que un iPhone se vea comprometido, con casi todos los datos personales expuestos.
Primeros ministros (incluyendo Pedro Sánchez, el Presidente del Gobierno de España), altos funcionarios de la UE, periodistas, abogados y activistas de derechos humanos se encuentran entre las personas cuyos iPhones han sido hackeados por Pegasus.
Sin embargo, NSO ha tenido graves problemas desde que fue incluida en la lista negra del gobierno estadounidense. Su plan para superar sus problemas podría convertir a Pegasus en una amenaza aún más grave .
El gobierno estadounidense prohibió la importación y el uso de Pegasus, privando a la empresa de su base de clientes más lucrativa: las agencias policiales estadounidenses. Apple se sumó a la presión, demandando a la empresa y alertando a los propietarios de iPhones infectados.
NSO Group busca una salida a sus problemas de falta de efectivo
La empresa se quedó sin efectivo a finales del año pasado, y el Financial Times informa de que la situación era tan desesperada que tenía problemas para pagar las nóminas.
Un préstamo resolvió la crisis inmediata, pero el único futuro que podía ver el director general de la empresa era romper sus ya dudosas normas contra la venta a gobiernos con malos historiales de derechos humanos.
Ante la grave situación, el director general, Shale Hulio, tuvo una sugerencia sorprendente: ¿por qué no empezar a vender de nuevo a clientes de riesgo?
Aparentemente, la sugerencia fue rechazada, pero Hulio tenía un plan B: crear una nueva empresa, con un nuevo nombre, y transferirle el código y los ingenieros.
La nueva entidad no se vería afectada por la lista negra y comenzaría a vender de nuevo. Para protegerse de la evidente probabilidad de que la nueva empresa entrara inmediatamente en la lista negra, Hulio indicó que el nuevo propietario de la empresa podría ser «un contratista de defensa estadounidense de primer orden».
El plan parece bastante descabellado, ya que es poco probable que una empresa de defensa estadounidense compre un producto incluido en la lista de entidades del Departamento de Comercio.
En cualquier caso, demuestra hasta dónde está dispuesto a llegar el fabricante de software espía para Android y iPhone.