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El iPhone 6 debería haber tenido una pantalla de zafiro. Hace más de un año, Apple se dirigió a GT Advanced Technologies, ahora en bancarrota, para solucionar los problemas de pantallas rotas o rayadas.
Según cuenta Wall Street Journal, al principio Apple quería comprar hornos para fabricar el zafiro por sí mismo, pero después cambió de opinión y decidió comprar el zafiro producido por GT.
Sin embargo, en cuanto las compañías firmaron un acuerdo, la relación entre ambas compañías se complicó: GT no era capaz de fabricar zafiro en el volumen y calidad que Apple requería. De hecho, tres días antes de que GT firmara el acuerdo con Apple, produjo 260 kilogramos de zafiro – y ni un solo kilogramo era utilizable.
Apple demandaba alta calidad y bajos precios, lo que complicaba las cosas para GT. La idea de fabricar cantidad ingentes de zafiro para la compañía tecnológica más valiosa del Mundo era demasiado golosa para que GT la dejase pasar, aunque su falta de experiencia e incapacidad para fabricar a gran escala acabó costando a la empresa mucho más que los 1.000 millones de dólares que invirtió en el proyecto.
Apple y GT trabajaron juntos para intentar conseguir que GT se mantuviera financieramente solvente, pero fue demasiado tarde. GT se declaró en bancarrota dos semanas después del lanzamiento del iPhone 6… sin su pantalla de zafiro. En el juicio sobre la bancarrota, las dos compañías se culparon mutuamente del fallo.
El uso de zafiro sería una mejora bastante obvia respecto a los materiales que se usan actualmente para fabricar las pantallas de los móviles. Sin embargo, si Apple no ha encontrado una forma de utilizar este material en su último iPhone, quizás no sea tan sencillo.