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No todas las empresas necesitan la última tecnología para operar. En el caso de Hilligoss Bakery, una panadería en Estados Unidos, los registros de ventas se gestionan con dos Commodore 64, un ordenador lanzado en 1982 que, sorprendentemente, sigue en funcionamiento.
El Commodore 64, conocido como el ordenador personal más vendido de la historia, sigue siendo una herramienta útil para algunos negocios. Aunque fue diseñado principalmente para juegos, también soportaba software empresarial, lo que explica por qué algunas empresas aún lo utilizan.
Con 64 KB de RAM y un procesador de 1 MHz, el C64 fue un avance para su época. Su precio inicial era de 595 dólares (equivalente a casi 1.945 dólares en 2024), y logró vender entre 10 y 17 millones de unidades. Su simplicidad y eficiencia lo convierten en una opción viable para tareas básicas, como procesar ventas de pasteles.
¿Por qué seguir utilizando tecnología tan antigua? Para algunos negocios, como Hilligoss Bakery, los sistemas antiguos son suficientes para sus necesidades operativas. Además, usar tecnología obsoleta puede ofrecer beneficios inesperados, como una mayor seguridad basada en la falta de interés de los ciberdelincuentes.
Sin embargo, mantener equipos vintage no está exento de problemas. Reparar o encontrar piezas de repuesto puede ser complicado, aunque la comunidad de entusiastas del Commodore 64 ha mantenido viva la posibilidad de restaurar y reemplazar estas máquinas.
La historia de Hilligoss Bakery y su Commodore 64 es un recordatorio de que no siempre es necesario estar a la vanguardia tecnológica para gestionar un negocio con éxito. Para esta panadería, la mezcla de tradición, fiabilidad y un toque de nostalgia parece ser la receta perfecta para seguir adelante, demostrando que lo antiguo no siempre pasa de moda.