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Un hombre de Connecticut acusado del asesinato de su mujer hubiera escapado de la justicia si no fuera por la pulsera Fitbit que llevaba puesta la víctima.
En diciembre, el cadáver de Connie Dabate apareció en su casa con heridas de bala de una Magnum .357, un arma que Dabate compró unos meses antes. Estaba atada a la silla de la cocina cuando ocurrió el incidente.
Su marido, Richard Dabate, de 40 años de edad, ha sido acusado del asesinato. Dabate llamó a Emergencias informando de que su mujer había sido víctima de un allanamiento y que había sido disparada por un hombre «alto y obeso» con una voz profunda, traje de camuflaje y una máscara.
Sin embargo, la versión de Dabate se vino al traste cuando la pulsera Fibit de su mujer dio una versión diferente de los hechos, al revelar que su muerte había ocurrido al menos una hora antes, de acuerdo al registro de movimientos.
Esto dio pie a los investigadores a indagar en los mensajes intercambiados por la pareja, así como entre el marido y su amante. Debate había enviado un mensaje a su mujer un año antes pidiéndole el divorcio, justo en la misma época en la que los movimientos de su banco reflejan gastos en hoteles, clubs y compras de flores para su novia.
La pulsera Fitbit no fue el único «testigo». El sistema de alarma de la casa y las publicaciones en redes sociales ayudaron a reconstruir los hechos. | Fuente: BBC