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La inteligencia artificial generativa está revolucionando el mundo y, a medida que la IA se vuelve más sofisticada, también aumentan sus demandas energéticas.
La inteligencia artificial consume una cantidad exorbitante de electricidad para impulsar sus avances y requiere grandes cantidades de agua para su enfriamiento. Para hacernos una idea, se necesita el equivalente a una botella de agua por cada consulta procesada.
En 2023, Microsoft y Google consumieron un total de 48 TWh de electricidad, 24 TWh cada una. Según un análisis detallado de Michael Thomas, esta cifra supera el consumo energético de más de 100 países.
Para poner esto en perspectiva, las necesidades energéticas de Microsoft y Google podrían abastecer cómodamente el consumo eléctrico de Azerbaiyán, un país con una población de 10,14 millones de personas y un PIB estimado de 78,7 mil millones de dólares.
Uno de los aspectos negativos del avance en la IA es la degradación ambiental. Sin embargo, tanto Google como Microsoft están comprometidos con el uso de energías renovables y buscan constantemente fuentes de energía alternativas. Este compromiso es crucial dado el alto consumo de energía de sus centros de datos, que mantienen en funcionamiento sus servicios en la nube.
