Lecciones aprendidas sobre la salvaguarda de la información a raíz del 11-S
Esta semana se han cumplido los doce años desde el desafortunado ataque al World Trade Center del 11 de septiembre de 2011, que acabó con la vida de 5.000 personas y más de un millón de metros cuadrados de espacio de oficina.
Debido a la cercanía de la Bolsa de Nueva York, muchas de las empresas del WTC estaban relacionadas con el sector financiero, que siempre han tenido una gran dependencia de la tecnología para sus operaciones.
Las compañías que se dedican a proporcionar servicios de recuperación ante desastres tuvieron que trabajar duro ese día y los posteriores para proporcionar espacio de trabajo para sus clientes. Comdisco tenía siete clientes en el WTC, y tuvo que habilitar 3.000 puestos de trabajo. Otras como SunGard montaron trailers equipados con centros de proceso de datos móviles. Sin embargo no todos los planes funcionaron según lo previsto. Barclays Bank infradimensionó el tamaño de su centro de recuperación y no pudo acomodar a sus 1.200 empleados de la unidad de Banca de Inversión.
Las pérdidas en equipos informáticos fueron enormes, superiores a los 3.200 millones de dólares según la aseguradora Tower Group. Sin embargo resultó mucho más crítica la pérdida de los datos, ya que estos no podían reemplazarse. De las 440 empresas que ocupaban el WTC y los miles de negocios del Bajo Manhattan que se vieron afectados, solo unas pocas, en torno a 200 según Informit, contaban con un plan de continuidad.
Aunque muchas empresas perdieron un montón de información durante los ataques, un informe de Morgan Stanley dice que el WTC era «probablemente uno de los edificios de oficinas mejor preparados desde una perspectiva de recuperación de sistemas y datos.» Esto se debe a que en 1993 explotó una gran bomba en un parking subterráneo del área de WTC, y muchas empresas fueron conscientes de lo vulnerables que eran y tomaron medidas para protegerse.
El evento del 11-S ha contribuido a concienciar a las empresas, especialmente a las más pequeñas que no se planteaban la posibilidad de un evento de este tipo, de la importancia de asegurar la continuidad de los datos. Un aspecto importante es que las copias de seguridad nunca deben ser almacenadas en el mismo edificio, ya que son completamente inútiles si este es destruido. Por ejemplo, en el evento del 11-S el Board of Trade solo hacía copias de seguridad de algunos servidores y PCs, y estas copias eran almacenadas en una caja ignífuga en el WTC, que probablemente acabó enterrada bajo miles de toneladas de acero.
En los años posteriores fuimos testigos de un boom en el interés de las empresas por contratar servicios de recuperación ante desastres. Actualmente en el mercado encontramos soluciones de recuperación que van desde un respaldo frío, como custodiar las cintas con copias de seguridad en un centro externo y su posterior recuperación en caso de incidencia, hasta un respaldo caliente, como el que tienen las grandes corporaciones para asegurar los datos son copiados en tiempo real en un centro externo en el mismo instante en el que se modifican.