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Durante el punto álgido de la crisis de los chips, los especuladores no sólo se hacían con tarjetas gráficas y las vendían por cantidades obscenas; las consolas PlayStation 5 eran casi imposibles de encontrar sin gastarse una fortuna.
Sin embargo, ahora que los suministros de las máquinas de Sony han mejorado enormemente, los revendedores se están viendo obligados a bajar los precios, incluso por debajo del precio oficial.
Conseguir una PlayStation 5 por su precio de venta sugerido era casi imposible en 2020 y 2021. Los revendedores y las empresas de reventa compraron sin reparos las consolas por miles para venderlas a precios muy elevados. Los distribuidores intentaron poner fin a esta práctica, pero no siempre sirvieron de mucho.
La reventa de PS5 continuó a principios de 2021, pero las cosas mejoraron a finales de año. A principios de 2022, Sony anunció que comprar su última consola sería mucho más fácil gracias al aumento de la oferta.
Los días en los que una PlayStation 5 podía costar más de 1.000 euros han quedado atrás. La mayoría de los modelos nuevos están entre 450 y 499 euros. Las consolas de segunda mano son incluso más baratas.
Las cosas podrían empeorar aún más para los revendedores de PS5 en los próximos meses si los informes de que Sony lanzará una PS5 Pro el próximo año resultan ser ciertos. El modelo actualizado se centrará en mejores capacidades de trazado de rayos y vendrá con las mejoras habituales de fidelidad visual y rendimiento general que se esperan de una PlayStation Pro.