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Cada vez que Apple lanza un nuevo iPhone, algún medio se apresura a lanzar una noticia escandalosa sobre el nuevo dispositivo que dé mucho que hablar y, de paso, proporcione una gran visibilidad al medio que lo ha destapado.
El año pasado fuimos testigos del bendgate, que apuntaba a la supuesta facilidad del iPhone 6 Plus para doblarse con solo llevarlo en el bolsillo. Este año la comidilla parece estar en las supuestas diferencias en la autonomía del iPhone 6s en función de si incorpora un chip A9 fabricado por TSMC o Samsung.
Apple ya ha lanzado un comunicado en el que niega que existan diferencias significativas (superiores a un 2-3%) en la autonomía de sus dispositivos en función del origen de los componentes internos.
El origen de este escándalo se encuentra en el test GeekBench, que nosotros utilizamos habitualmente en los análisis de teléfonos y tablets para medir el rendimiento de los dispositivos. El benchmark Geekbench incorpora también un test de batería, que nosotros no empleamos nunca ya que es poco representativo del uso habitual de un teléfono.
El benchmark de batería de Geekbench somete al dispositivo a una elevada carga de CPU y Memoria durante ciertos intervalos de tiempo. Esto hace que los resultados de la prueba estén muy influenciados por la eficiencia energética de la CPU/GPU, pero no tanto por la de otros componentes igual de importantes (o más) como la pantalla.
En las pruebas de batería que hacemos en Teknófilo, optamos por el test de batería de PCMark, que somete al teléfono a una actividad mucho más parecida al uso normal de un dispositivo y donde la eficiencia de la pantalla juega un papel más importante, como en la vida real (la mayoría de los usuarios pasan gran parte del día en redes sociales, la web y WhatsApp, no jugando a juegos 3D de última generación).
Volviendo al test GeekBench, al ser una prueba centrada en el consumo del CPU, tiende a exagerar las diferencias que puedan existir en el consumo de energía de los chips, incluso aunque sean del mismo fabricante, por la variabilidad de los componentes durante el proceso de fabricación.
Esto significa que, si existen diferencias entre los chips de TSMC y Samsung A9, estas son exageradas en la prueba y los resultados no son representativos del uso real. Aunque en las pruebas publicadas el chip de TSMC ofrece 2 horas más de autonomía, en la práctica no vas a conseguir nunca esta diferencia ya que hay muchos otros componentes en el teléfono que influyen en la duración de la batería.
Ahora bien, si las pruebas llevadas a cabo son ciertas, no podemos negar que existe una cierta diferencia en el consumo de energía de los chips fabricados por Samsung y por TSMC. Es difícil saber exactamente a qué puede deberse esta diferencia, aunque podría estar provocada por la diferencia de tamaño entre ambos chips.
Un chip de menor tamaño tiende a calentarse más y, por tanto, a consumir más energía, por el funcionamiento de los semiconductores. Aquí podemos ver una gráfica de consumo de energía frente a temperatura para un chip de Intel.
Por otro lado, la fabricación de los chips no es una ciencia exacta sino que los chips que salen de una misma oblea poseen un comportamiento muy diferente, hasta el punto de que algunos de ellos pueden ser completamente defectuosos.
Compañías como Apple tienen que decidir un nivel mínimo de calidad a partir del cual un chip es apto. Esto quiere decir que dos chips que se consideran válidos pueden ofrecer un rendimiento diferente porque uno se encuentre cerca del mínimo aceptable mientras que el otro esté bastante por encima. Lógicamente las especificaciones que ofrece Apple o cualquier otro fabricante en su web (por ejemplo, la autonomía de la batería) se refieren siempre al mínimo aceptable.
Dada esta variabilidad en los chips dentro incluso del mismo fabricante, es difícil tomar en serio la polémica prueba en la que se comparaban dos teléfonos. Para que la prueba fuera rotunda, sería necesario repetirla con muchos más teléfonos y obtener un valor medio (y la dispersión) de la autonomía del teléfono usando cada chip.
De lo contrario podría ocurrir que hayamos tenido la mala suerte de escoger un teléfono con uno de los mejores chips de TSMC y otro con uno de los peores chips de Samsung.
El problema de llevar a cabo una prueba «seria» es que el coste de hacerte con iPhones 6s es demasiado caro y, posiblemente, llegarías a la conclusión de que todos ellos se comportan de forma parecida (si usas un benchmark que no exagere las diferencias de un componente en concreto), por lo que no habría ninguna noticia que publicar.
En lugar de hacernos con decenas de iPhones, podríamos pensar en utilizar los datos de la web de Geekbench donde se muestran los resultados de la ejecución del test por cientos de usuarios. El problema es que es muy difícil asegurar que todos los usuarios ejecutan la prueba en las mismas condiciones: WiFi, 3G/4G, aplicaciones en segundo plano, etc.
Para complicarlo todavía más, uno de los elementos que más influyen en la autonomía es el brillo de la pantalla, y eso todavía es más difícil de homogeneizar sobre todo en dispositivos Android donde el porcentaje de brillo tiene una equivalencia diferente en «nits» en cada teléfono.
En la prueba de batería que nosotros solemos utilizar, PcMark, se indica que la pantalla debe estar calibrada con un brillo de 200 nits. En Geekbench el teléfono atenúa el brillo de la pantalla.
Sin embargo, los usuarios no tienen forma de saber cuál la medida real del brillo de la pantalla e incluso algunas webs de análisis ignoran por completo esta calibración o la realizan con instrumentos que no son los apropiados, por lo que los resultados no valen para nada. En Teknófilo utilizamos un colorímetro i1Display X-Rite Pro, pero es un equipo que cuesta [amazon template=precio&asin=B0055MBQOW], por lo que no está al alcance de cualquiera que no se dedique profesionalmente a esto.
Por tanto, la realidad es que no sabemos si existen de verdad diferencias apreciables de consumo entre los chips A9 de Samsung y TSMC, ya que la prueba efectuada solo utilizó un teléfono con cada tipo de chip, y sabemos que existe variabilidad en el rendimiento de cualquier chip, incluso aunque sean del mismo fabricante, por el proceso de fabricación
Aún en el caso en el que existieran diferencias en el consumo de ambos chips, la prueba efectuada tiende a exagerarlas y el resultado no es representativo del uso real. Nos hubiera gustado que la web que publicó esta análisis no solamente hubiera utilizado el test de batería de Geekbench, que se centra en el consumo de la CPU, sino que hubiera efectuado una batería de pruebas de autonomía con diferentes herramientas.
Por tanto, aunque existen formas de averiguar si el chip de tu iPhone 6s ha sido fabricado por TSMC o Samsung, nuestra recomendación es que no te obsesiones en buscar el iPhone 6s «dorado» porque, en la práctica, probablemente no notes ninguna diferencia.