¿Qué tendrá Vertu para que sus móviles cuesten miles de euros con especificaciones de hace dos años?
Por cuestiones de la vida, andaba hace unas horas paseando por el interior de uno de los lujosos hoteles de Las Vegas, el Hotel Wynn, y me he encontrado con una tienda de Vertu (la de la fotografía), una prestigiosa marca de teléfonos de lujo de la que ya hemos hablado alguna vez.
En el escaparate se encontraba expuesto uno de sus modelos más asequibles, el recién anunciado Aster Chevron, sobre el que me he informado que parte de un precio de tan «solo» 4.200 dólares, es decir, unos 3.800 euros antes de impuestos.
El teléfono está disponible en colores azul, negro y rosa, y según la compañía está recubierto de «tela italiana altamente resistente» con un patrón de rombos así como de titanio grado 5. Aunque personalmente encuentro el diseño bastante poco afortunado, pensé que las especificaciones del teléfono estarían a la altura.
Lamentablemente, a pesar de sus lujosos materiales y su elevado precio, las especificaciones del teléfono están lejos de ser una gama alta. El Aster Chevron utiliza los mismos componentes que el modelo Aster original, que salió al mercado hace dos años.
Eso significa que el Aster Chevron llega con un Snapdragon 801 de cuatro núcleos, 2GB de RAM, pantalla 1080p de 4.7″, 64GB de almacenamiento, altavoces estéreo, cámara Hasselblad de 13MP, batería de 2275 mAh y Android 5.1 Lollipop.
Dejando a un lado la cámara Hasselblad, que me gustaría probar ya que el fabricante sueco goza de gran prestigio entre los fotógrafos profesionales, el resto de las especificaciones están a la altura de un Nexus 5 de 2013.
Por tanto, volviendo a la repregunta del titular de este artículo, desconozco qué puede llevar a alguien a inclinarse por comprar un teléfono de este precio con unas características y un diseño tan poco atractivos (al menos para mi gusto). ¿Exclusividad? ¿Extravagancia? ¿Gusto por los materiales refinados? ¿Ignorancia?
Es cierto que cada teléfono Vertu ha sido fabricado a mano en el cuartel general de la compañía en Londres y que los materiales elegidos por la compañía son excelentes, pero no estamos hablando de un reloj que dure toda la vida sino de un smartphone que en dos o tres años estará cerca de su obsolescencia tecnológica.
Por si fuera poco, otros modelos de la marca alcanzan fácilmente los 30.000 dólares y cuentan con un diseño todavía más anticuado. Si no me creéis, echad un vistazo a este.
Me quedé con ganas de preguntar en la tienda cuantos teléfonos habían vendido en la última semana, pero posiblemente sean muchos más de los que imagino. A fin de cuentas en Las Vegas se ve cada personaje…