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Ricoh es una marca con mucha tradición en el mundo de las cámaras compactas, y la prueba es que la Ricoh GR es la enésima encarnación de una cámara que apareció por primera vez en 1996, en formato, por supuesto analógico. A esta primera GR1 le sucedieron cuatro modelos más analógicos y cinco digitales, contando la actual GR.
Todos estos modelos comparten un mismo leimotiv en su diseño: un cuerpo compacto, un objetivo fijo más o menos luminoso y de gran calidad óptica y una obsesión por una ergonomía y usabilidad muy orientadas al fotógrafo experimentado.
Veamos entonces si la Ricoh cumple con estos condicionates ‘familiares’ y si la adquisición de Pentax se ha dejado notar en esta última encarnación de la familia GR.
Características principales
- Objetivo equivalente a un 28mm f2.8 (sin estabilización)
- Sensor CMOS de 16 megapíxeles APS-C sin filtro paso bajo
- Pantalla de 3” y 920.000 píxeles
- Rango de sensibilidad de 100 a 12800 ISO
- Grabación de imágenes en jpeg y RAW (formato DNG).
- Grabación de video Full HD (1080p) a 30fps
Aspecto exterior, ergonomía y sistemas de menús
Dadas las especiales características de este equipo hemos optado por centrarnos en lo que realmente le hace un producto diferente. Así, en esta ocasión hemos fusionado los apartados de aspecto exterior, ergonomía y menús ya que pensamos que en la Ricoh se explican mejor como un ‘todo’.
También queremos resaltar que se trata de un sistema bastante particular de Ricoh y que algunas de las acciones que son comunes en el resto de fabricantes en esta cámara tienen un comportamiento distinto. Eso sí, una vez nos logramos acostumbrar, queda claro que es un entorno pensado para el fotógrafo avanzado. Una de las obsesiones de este diseño es que los dedos se desplacen lo mínimo posible de la posición de disparo para accionar los distintos botones.
La cámara tiene un tamaño de bolsillo pero sin llegar a ser del tamaño compacto como la Sony RX-100 o la Canon PowerShot S110. Esto hace que el agarre sea mucho más confortable ayudado sin duda por la protuberancia de la empuñadura. De hecho, en nuestra visita a Sonimag Foto la pudimos comparar con su predecesora, la Ricoh GR IV, que tiene prácticamente el mismo tamaño aunque con un sensor mucho menor. Un gran trabajo de los ingenieros.
La parte frontal de la cámara contiene el objetivo, cuyo anillo no tiene funcionalidad sino que es extraíble para permitir acoplar accesorios como conversores de focal.
En la parte superior izquierda se encuentra un dial que cae a la altura del dedo índice y que permite el cambio de algunos parámetros.
La parte superior contiene, de izquierda a derecha el flash, que se acciona manualmente, la zapata para un flash externo o un visor óptico (lamentablemente no se puede acoplar uno electrónico), el botón de encendido, el disparador y el dial de modo de disparo.
La parte trasera concentra la mayoría de los elementos de control. La pantalla ocupa la parte izquierda y en la derecha y de arriba a abajo tenemos el botón ADJ.ISO, que es básico en la Ricoh GR pero que cuyo funcionamiento no es evidente ya que se acciona tanto por pulsación como por movimiento izquierda/derecha.
Si lo pulsamos, se comporta como los botones Fn de otras cámaras. En este caso podemos tener hasta cinco parámetros que cambiar en este menú rápido a escoger entre 15 (ISO, medición de la luz, modo de enfoque, tamaño y aspecto de la imagen,…). El dial delantero nos ayudará a movernos entre las opciones da cada uno de estos parámetros. También se puede acceder directamente al cambio de ISO si movemos el dial directamente a izquierda o derecha.
Debajo del dial hay un selector con botón en medio que permite variar entre bloqueo de exposición y/o enfoque y enfoque continuo.
A la derecha de estos botones se encuentra un doble dial, que en otras cámaras podría ser el zoom pero que en la Ricoh GR se utiliza principalmente para el modo visualización de imágenes, cuando queremos seleccionar una foto e entre las miniaturas o alejar/aumentar.
Debajo de ambos se encuentra el indispensable selector de cuatro posiciones + OK central, que en este caso también actúa de menú.
El botón izquierdo es el Fn1, programable, aunque por defecto está dedicado al control del autofoco. El botón superior es para el macro, pulsándolo se activa el punto central y se puede enfocar a una distancia de unos 8-10 cm (mayor que lo que se puede obtener con una compacta con sensor pequeño). El botón derecho es para los modos de flash y el de abajo para el balance de blancos. Como hemos comentado, el botón central, además de confirmar la selección, sirve para acceder al menú principal.
A la derecha se encuentran el botón de reproducción y debajo el también programable Fn2 (por defecto autodisparador) y el DISP para la información a visualizar en la pantalla, que a su vez es muy personalizable.
Los laterales también tienen botones: en la izquierda está la palanca para accionar el flashh y un botón que por defecto da acceso a los efectos digitales pero que por supuesto es programable.
En la derecha el acceso a los puertos HDMI y USB que a su vez carga la batería. este aspecto recibe en ocasiones críticas, no porque no sea práctico, que lo es mucho, sino porque significa, como es en este caso también, que la cámara se sirve sin cargador separado para la batería.
La parte inferior no sorprende con el acceso a batería y tarjeta.
Como hemos comentado, la idea de diseño de la cámara es que el fotógrafo de acuerdo con su estilo de disparo, configure los botones de acuerdo a este y por tanto logre un acceso rápido a los ajustes más usados. Para ello el botón principal es el ADJ.ISO y los botones de acceso directo. El único pero es que, si no hay suficiente con los botones existentes, hay que ir al menú principal que se nos antoja algo farragoso. Hubiese ayudado tener funcionalidad en el anillo del objetivo y quizás alguna opción más en el ADJ.ISO, (so pena de ralentizar algo el acceso, claro).
El dial de modos de disparo presenta como novedad el modo heredado de Pentax, TAv, que permite seleccionar apertura y velocidad y que la cámara varíe el ISO. Además del modo plícula (no hay acceso rirecto a la grabación de vídeo) y el modo ‘verde’ automático, hay hasta 3 modos de disparo personalizados.
La pantalla es de buena calidad, aunque por supuesto la hubiésemos preferido móvil como la de su ‘prima’ la Pentax MX-1. No hay opción de incorporar un visor electrónico externo, como la gama GXR, aunque sí óptico.
La pantalla ofrece información de nivel tanto horizontal como vertical, lo que se está convirtiendo en una característica imprescindible en la categoría. A pesar de todo, no sigue gustando más el anticuado indicador de la Pentax MX-1 por su claridad.
Reactividad y autonomía
En general la cámara presenta una operación rápida sin forzar tiempos de espera para el usuario, por ejemplo entre imágenes, encendidos y apagados…. A esto contribuye en hecho de contar con un objetivo fijo que si bien se debe desplegar no tienen tanto recorrido como un zoom.
La autonomía no es de los puntos fuertes de la Ricoh GR, ya que se queda entre 200 y 300 fotos por carga.
El enfoque es bastante rápido, aunque flojea un poco con poca luz, incluso permitiendo la acción de la luz de asistencia. Hay que destacar en este apartado el espíritu de la Ricoh GR como cámara ‘callejera’. Para ello cuenta con un modo ‘snap’ que permite preenfocar a una distancia determinada y con ello poder disparar sin esperar al autoenfoque. Además, se puede programar el disparador para que si lo pulsamos a fondo, sin esperar al enfoque, active este modo preenfoque de forma automática.
El enfoque manual presenta también muchas opciones de ayuda tanto en resaltar los relieves como en ampliar un área. Los mejores resultados los hemos conseguido ampliando el área seleccionada a pantalla completa, ya que si lo amplias menos la resolución no permite determinad de forma precisa si se ha logrado el enfoque.
Como hemos comentado, el modo macro es muy fácil de activar. No permite una aproximación tan radical como la de la Pentax MX-1 (10 cm vs 1 cm de la Pentax), pero la combinación sensor+objetivo ofrece unos resultados espectaculares, como podéis comprobar en la siguiente galería:
Efectos digitales
En cuanto a los llamados filtros digitales, la Ricoh GR es bastante ‘sobria’ comparada con otras cámaras y los filtros que puede aplicar son los que mostramos de forma práctica en la siguiente galería:
La Ricoh GR tiene diversas opciones para trabajar el rango dinámico, que incrementan el ISO mínimo. A continuación se presentan los tres niveles que ofrece la cámara:
También existe la opción de realizar exposiciones múltiples, aunque eso ya supone el tener que utilizar un trípode para asegurar los resultados (y más al no contar la cámara con estabilizador).
La Ricoh GR no incorpora facilidades para fotografías panorámicas. Aunque no parece una funcionalidad crítica para el público objetivo de la cámara, nunca está de más…sobre todo contando con una focal que se presta a este tipo de fotografía.
Una opción interesante es la presencia del filtro digital (ND), que permite reducir la luz entrante para disparar con aperturas grandes en condiciones de mucha luz. Por otra parte, se ofrece también una opción de conversión a focal de 35mm, que simplemente recorta la imagen dejando la resolución en 10 mpix. A continuación mostramos el distinto punto de vista de 28mm frente a 35mm:
Calidad de imagen
Junto a la ergonomía, este es el punto estrella de la cámara…y no resulta fácil de explicar más que observando las imágenes. Se trata de una combinación de nitidez, profundidad de campo, tratamiento del color…que resulta en unas imágenes especialmente agradables.
A continuación mostramos los análisis de ruido y nitidez que solemos realizar en nuestras pruebas pero el consejo es echarle un vistazo detallado a las imágenes de la galería.
El sensor de la Ricoh, es del llamado APS-C. En este caso, y una vez probada la Sony RX-100, la ventaja de la Ricoh no se encuentra tanto en la ausencia de ruido a ISOs altas, aspecto muy bien trabajado en la Sony por ejemplo, sino en la capacidad de obtener una menor profundidad de campo si se desea. Al ser un aspecto que depende de aspectos físico y no técnico, siempre habrá una ventaja con un sensor mayor (ver comentarios en el análisis de la Sony RX-100).
El tratamiento del ruido es bueno hasta ISO 1600 e incluso 3200. A partir de aquí ya empieza a degradarse más visiblemente la imagen:
Respecto a la nitidez, nos ha parecido un objetivo muy nítido en todo la superficie. Incluso a la máxima apertura aguanta bastante bien la comparación centro / esquinas. Posiblemente la ausencia de filtro paso bajo contribuya también a la sensación de nitidez general.
Respecto a las aberraciones cromáticas, nos ha parecido que la cámara las gestiona muy bien y no logramos que se mostrasen de forma muy evidente en ninguna foto:
Otro tema es el flare, al que sí parece propenso el objetivo de la Ricoh GR:
La cámara no cuenta con estabilización, ni óptica ni por movimiento del sensor. Esto si bien para nosotros es un inconveniente que en cámaras de este nivel sería intolerable, en este caso es más aceptable dada la longitud focal de 28mm del objetivo.
Vídeo
Los 28mm fijos de la Ricoh GR, no muy adecuados para una cámara de vídeo, y la ausencia de un botón de acceso directo a la grabación ya son toda una declaración de intenciones. Pese a ello no hemos podido evitar decepcionarnos con la calidad de los vídeos resultantes de la Ricoh GR, sobre todo comparados con la Sony RX-100 que a estas alturas habréis podido comprobar que nos parece el referente en cámaras compactas polivalentes.
Pero de nuevo, no es una cámara pensada para esta funcionalidad y más bien se incorpora para no estropear la hoja de especificaciones. Un ejemplo:
Galería de fotos
Precio
La Ricoh GR puede encontrarse por poco más de 700 € (o algo menos en Amazon UK), aunque no es una cámara que se encuentre en cualquier lugar. Es un precio elevado para una cámara compacta aunque por debajo de su gran competidora, la Nikon Coolpix A, que tiene una características muy similares a la Ricoh.
Sin duda es el coste que hay que asumir para conseguir una cámara con esta calidad de construcción y rendimiento.
Conclusiones
La Ricoh GR es una cámara especial y como tal debe entenderse. Es por ello que muchos de los parámetros que hemos utilizado en nuestras pruebas anteriores no aplican demasiado en esta cámara.
Esta última componente de la familia GR ofrece la mejor calidad de imagen hasta el momento manteniendo un cuerpo dentro de las ajustadas medidas que son marca de la casa. Ergonómicamente sigue también la estela de la familia ofreciendo un acceso rápido y altamente personalizable a las principales funcionalidades que demanda un fotógrafo avanzado. Eso sí, en nuestro caso la curva de aprendizaje fue algo pronunciada. De hecho no hemos pretendido detallar el uso de a cámara ya que quedaría muy lejos del propósito de nuestras pruebas. Conviene darle un buen repaso al manual de usuario para poder primero tener una idea de todas sus funcionalidades y por otra de como usarlas, ya que en algunos casos no sigue la lógica de la mayoría de las cámaras.
Por tanto quien quiera lograr la mejor calidad de imagen con un objetivo 28mm fijo y un cuerpo muy compacto tiene en la Ricoh GR una gran alternativa, a un precio alto pero mejor que el de su más directa competidora.
Por el contrario, quien busque una cámara ‘generalista’ que proporcione versatilidad, grabación de video de calidad, un rango de focales amplio,…debe buscar otro tipo de cámara.
Lo mejor
- Calidad de imagen
- Ergonomía (agarre, uso)
- Cuerpo compacto y robusto
- Opciones de personalización
- Modo TAv heredado de Pentax, filtro ND incorporado
Lo peor
- Objetivo no estabilizado
- No hay opción de visor electrónico
- Funcionalidad de vídeo poco avanzada
- Curva de aprendizaje si no se conoce el sistema Ricoh
- No hay asistencia para las panorámicas
Nota: La cámara Ricoh GR ha sido cedida amablemente por Ricoh a Teknófilo para este análisis