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Hoy hemos conocido el Galaxy S6, el teléfono que muchos esperábamos que la compañía lanzase desde hace tiempo. La compañía inició la transformación de sus teléfonos hacia diseños más sofisticados con el Galaxy Alpha, y la continuó con la serie A y el Galaxy Note 4.
La versión Edge es la más sofisticada ya que en su construcción se ha utilizado un nuevo proceso llamado 3D Thermoforming que requiere la inserción de vidrio entre dos moldes, y después se calienta a 800 grados para hacerlo maleable, lo que permite presionarlo hasta dotarle de una forma simétrica.
Este proceso es el que permite a Samsung curvar el vidrio a los lados derecho e izquierdo. Por último, tanto el Galaxy S6 como el Galaxy S6 edge son tratados con «maquinaria de alta precisión para evitar el menor error.» El proceso conlleva 15 pasos complicados que incluyen pulir la superficie y los lados del cristal.
El color brillante del cristal trasera se consigue mediante un proceso multi-revestimiento que añade capas estrechísimas de diversos recubrimientos y que proporcionan a la parte de delante y atrás del dispositivo «un color rico y dinámico que refleja la luz según se mira desde distintos ángulos.»
Samsung ha explicado que los teléfonos actuales utilizan aluminio 6063, pero la compañía ha empleado aluminio 6013 para el Galaxy S6 y el Galaxy S6 edge. Se trata de un aluminio más fuerte que se utiliza normalmente en el fuselaje de aviones, automóviles, barcos, y bicicletas de montaña. Es 1,5 veces más fuerte y 1,2 veces más resistente a rayas que el aluminio 6063.
Se requieren 20 pasos para producir el cuerpo metálico con su textura y durabilidad. Samsung incluso ha soldado la antena al cuerpo de metal con ultrasonidos para que sea más estable y deje más espacio a otros componentes.
El Galaxy S6 y el Galaxy S6 edge parecen ser los mejores teléfonos que Samsung ha fabricado jamás, al menos en términos de diseño, y sin duda el proceso para conseguirlo no ha sido fácil. | Fuente: Samsung Tomorrow