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El mundo de la inteligencia artificial ha experimentado una revolución en el último año. Hace tan solo doce meses, el paisaje era muy diferente. No existía ChatGPT, esa interfaz limpia y sencilla que permite escribir un «prompt» y obtener una respuesta detallada en cuestión de segundos.
No había conversaciones sobre «esa nueva IA» que los chavales usan para hacer deberes, esa que «alucina», esa que ocupa todos los titulares, la que iba a cambiar / mejorar / destruir el mundo.
El lanzamiento de ChatGPT por OpenAI ha marcado un punto de inflexión en la historia de la inteligencia artificial. Desde su debut, este último año ha sido testigo de una montaña rusa de eventos y desarrollos en el mundo de los modelos grandes de lenguaje. Desde la presentación del modelo text-davinci-003 como parte de la serie GPT-3.5, hasta la esperada llegada de GPT-4 con sus capacidades mejoradas para resolver problemas complejos y producir contenido de mayor calidad y longitud.
El camino de ChatGPT no ha estado exento de desafíos. Desde la controversia hasta las críticas, este chatbot se ha convertido en el foco de discusión y debate en múltiples frentes. Su rápida adopción también ha generado preocupaciones sobre su precisión y fiabilidad, llevando a la prohibición de su uso en ciertas conferencias académicas y atrayendo la atención de competidores como Anthropic, respaldado por una inversión millonaria de Google.
La llegada de plugins para ChatGPT, la incursión en el mercado empresarial con ChatGPT for Enterprise y la expansión de su conocimiento a través de la integración con motores de búsqueda como Bing de Microsoft han marcado hitos significativos en su evolución.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. Las críticas hacia GPT-4, los problemas de seguridad y las disputas legales han puesto a OpenAI bajo una intensa presión, llegando al punto culminante con la destitución y posterior restitución de su CEO, Sam Altman, en medio de una ola de eventos que sacudieron la percepción pública de la empresa.
A pesar de las controversias y desafíos, no se puede negar el impacto que ChatGPT ha tenido en el último año. Desde su rápido ascenso como la aplicación de consumo de más rápido crecimiento en la historia hasta su influencia en el desarrollo y la competencia en el campo de los modelos de lenguaje de gran escala, este chatbot ha dejado su marca en la industria.
Ahora, con la incertidumbre sobre el futuro de OpenAI y la dirección que tomarán los avances en inteligencia artificial en el próximo año, nos encontramos en un momento de reflexión y anticipación. ¿Qué deparará el futuro para ChatGPT y sus contrapartes en el ámbito de la inteligencia artificial en 2024? A medida que nos despedimos de un año lleno de altibajos, solo el tiempo revelará el curso que tomará este viaje revolucionario.