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Bloomberg ha publicado un informe en el que explica por qué YouTube se ha convertido en un almacén de contenido tóxico como teorías de la conspiración, fake news y otros contenidos radicales. En pocas palabras, la razón es que YouTube sacrificó la responsabilidad de los contenidos en favor del crecimiento.
Según el informe, el CEO de YouTube, Susan Wojcicki, y otros ejecutivos establecieron metas ambiciosas para el crecimiento de la plataforma y la participación de los usuarios. Todo comenzó con un objetivo de lograr 1.000 millones de horas de reproducción al día.
Desde entonces, la compañía se ha dejado llevar más por las métricas que por lo que es mejor para sociedad y usuarios. Uno de los puntos clave de esta estrategia de crecimiento incluye las recomendaciones, que están enfocadas en mantener a los usuarios en el sitio ofreciéndoles contenido relevante para sus intereses.
El informe indica que un ingeniero de privacidad de YouTube solicitó que los vídeos que estaban «al borde» de ser inapropiados fueran eliminados de las recomendaciones pero esa petición fue rechazada por sus superiores.
Otro de los ejemplos la estrategia de crecimiento es Project Bean, una propuesta para cambiar el sistema de recompensa de los creados (actualmente por clicks en anuncios e impresiones) en favor de participación (cuántas persona ven el vídeo, por cuánto tiempo, etc.).
Aunque la idea detrás de Project Bean era recompensar a los creadores de vídeos sobre temas que tienen poco interés para los anunciantes (como educación sexual, vídeos de música, etc.), este nuevo sistema hubiera ayudado a dar cancha a los creadores más sensacionalistas, como los que promueven las campañas anti-vacunas o teorías conspiratorias. Por suerte, el CEO de Google,Sundar Pichai, rechazó la idea.
A corto plazo, no parece que las cosas vayan a cambiar. YouTube sigue teniendo un objetivo claro de crecimiento y los contenidos tóxicos campan a sus anchas. Veremos si con el tiempo las cosas cambian.